El brindis completo para quienes disfrutan del TIO ABUELO como yo

Cómo pudo llegar el caso de un brindis oral de faltante

No es éste el brindis desmontable de mi invención, ha tiempo patentada, ni "el de otro banquete" que barnizado se aprovecha luego por segunda vez. Este no es, tampoco, el brindis aprovechado ahora clandes­tinamente, de faltar a otro banquete, al que llegué tarde y a otro restau­rante, y el día antes, caso de puntualidad relativa, disminuida por exceso, en el que comprendí que el campo de la impuntualidad no está solo en lo después de lo puntual, zona de lo tardío, sino en lo prematuro, zona del "estar verde" todavía. (Y no recordaré aquí la conducta sensata del hom­bre que no faltaba a ningún entierro, extrema diligencia en esto que admi­raba a todos; y requiriéndosele para que explicase cómo había sido siem­pre tan puntual, manifestó que lo era en todo sepelio de otros para que en agradecimiento de ello se le disculpara si por acaso llegaba tarde al pro­pio, pues, dijo, sólo se permitía ser perezoso en cosas propias.) Sin em­bargo, quizá, con mi ir el día antes, conseguí un resultado perverso de des­pojo de la puntualidad ajena, pues hice al momento inasistentes a todos.

Pero, como digo, no es éste ese brindis; ahora es el profundo desahogo de haber faltado a todo aquello a que asistí, por mi condición delgada y pequeña de físico, de inadvertible, a quien por extraña arbitrariedad no le fue dada nunca la presencia completa, haciéndome el perpetuo impresen­ciado; mi minusculidad hízome parecer en cualquier lugar que no estaba allí todavía, como un existente con pero, un "ya, pero", siempre un "recién" de llegar de la Nada; aún menos que llegar: un no quedado en la Nada, llegar es demasiado positivo.

Así como nadie, aunque sea alguno, despiértase sin creer haber estado despierto algo antes -obsérvense ustedes y lo notarán así: es estricta­mente psicológica la impresión en todos los despertares de haber estado despierto desde unos momento antes. En estado de expectativa de un hecho cierto ocurre también lo mismo: noten ustedes que cuando se aguarda, preocupado, un llamamiento telefónico y oímos sonar la cam­panilla, parécenos que desde algunos segundos antes ya la estábamos oyendo-, así yo no conseguía empezar a estar presente, ni más ni menos que les ocurría a los primeros trenes, tan lentos y torpes, que hasta después de un rato no estaban en la estación a que habían llegado. Advertía siempre que había en torno mío incredulidad; amable pero incrédulamen­te se me recibía siempre; a veces, el que me saludaba y me tendía la mano creía estar en el ridículo de hablar y gesticular solo, y para disimular su confusión se dirigía a los circunstantes alegando que había intentado cazar una polilla, lo que aumentaba su ridículo porque es sabido que las polillas se cazan con un aplauso de dos manos, a diferencia de los mosquitos que se matan sin aplaudirlos, con una sola mano.

Las presentaciones son mi tortura; y mi envidia de toda la vida es la obesidad de todas las cosas, el extravolumen que, por contragolpe, hacía comparable, como veis, a una presencia de polilla la mía.

Sin embargo, mi educación, mi ambiente, mi género de vida, mi inadvertido género de vida, me habían hecho extremadamente sociable, con horror de la soledad, de la cual, empero, no podía escapar ni en compañía. Todos estos sentimientos y resentimientos de esta terrible negación del destino para acordarme presencia, calidad de concurrente, como cualquier mortal, me han constreñido a este desahogo en que hago la oratoria de un faltante irremediable. En mi condición de inadvertible, pues ahora pienso que vosotros no me advertís y me resigno a este irremediable mío, concluiré diciendo: Señores obsequiados y señores invitantes al banquete cuya circular he recibido: siéndome imposible la presencia, por causas misteriosas que nada tienen que ver con la falta de puntualidad de la planchadora en traerme la camisa recién planchada ni con la perversidad del objeto: el botón que se ha corrido debajo de la cama, sino con una puntualidad de faltar adherida a mi vida con misterio­sa inherencia, os ruego disculpéis mi inasistencia al homenaje a que me he asociado de todo corazón, perdonándome plenamente como si hubiera alegado no poder asistir a él por no tener noticia alguna de tal homenaje o por haber llegado tarde a la verdad que trae en horario aquí.

Lo más concentrado de lo doloroso de esta preocupación de no tener presencia en un mundo en que la hay hasta para la "presencia" de ánimo, es la imposibilidad deprimente de lograr alguna vez "estorbar" algo a alguien. Sólo me han halagado las situaciones, en fiestas de convite y danza muy concurridas y agitadas, que me deparaban los atareados mozos, justamente exigentes e irritables que cruzan entre movibles parejas y mesas apiñadas con la abundante todollevabilidad de su luciente bandeja cargada de fragilidades e inestabilidades, temblorosa de líquidos en vasos estremecidos, indicándome con un violento ademán apartarme y no molestar. ¡Molestar a ojos vistas, en un inadvertible! ¡Qué buen recuerdo y amistad guardo a los mozos de mal humor!

Fin

CONSUELOSINSUELO


Reloj autoadhesivo bannerizado pendiente de dos alambres de fardo (como mucho) y una tanza, que no se ve, antimotines de viento.
(Galería Windows)

¿Quién lo ha escrito? ¿Para quién?

HORIZONTAL A MI PESAR
Y A PESAR DE MI RARA COSTUMBRE DE VERTICAL ANDAR,
SE NOTA QUE TUMBADO HE SIDO.
SERÁ PORQUE USTED SE HA IDO
Y SE HA LLEVADO AQUELLO QUE NO CONSIGO RECORDAR;
TAL VEZ UNA PLANTA, TAL VEZ UN COLLAR
TAL VEZ UNA IDEA QUE AHORA NECESITO USAR.
¿SE HA LLEVADO LA MESA? ¿NO HAY DONDE APOYAR?
¿SE HA LLEVADO LOS LIBROS? ¿POR ESO HAY TANTO LUGAR?

HORIZONTAL A MI PESAR
Y A MI PESAR MIS PIERNAS NO SE PUEDEN LEVANTAR,
NI PARA HACER UN SONIDO.
NI PARA HACER LO DEBIDO
QUE SERÍA CORRER, QUE SERÍA SALTAR
Y EN UN INSTANTE ERGUIRME PARA SALIR A BUSCAR
AQUELLO QUE AL PARTIR USTED NO OLVIDO TOMAR.

HORIZONTAL A MI PESAR
Y A PESAR DE MI RARA COSTUMBRE DE VERTICAL ANDAR
SE NOTA QUE NO HE PODIDO
Y EN UN GRITO LE PIDO
QUE ME DEVUELVA AQUELLO QUE NO CONSIGO RECORDAR
TAL VEZ UN CUCHILLO, TAL VEZ UN LUNAR
TAL VEZ ESA HOJA GRANDE QUE USO PARA ANOTAR
¿SE HA LLEVADO LA LUZ? ¿NO HAY COMO ILUMINAR?
¿SE HA LLEVADO EL RELOJ? ¿LAS HORAS NO SE PUEDEN CONTAR?

HORIZONTAL A MI PESAR
Y A PESAR DE TODO MI MEMORIA HA VUELTO A FUNCIONAR
DEVUELVAME MI AIRE QUE NO PUEDO RESPIRAR.

Brindis de cogote tieso


(si hacés clic en la foto te saluda el abuelo José)

"No es este el brindis desmontable de mi invención, ha tiempo patentada, ni "el de otro banquete" que barnizado se aprovecha luego por segunda vez. Este no es, tampoco, el brindis aprovechado ahora clandestinamente, de faltar a otro banquete, al que llegué tarde y a otro restaurante, y el día antes, caso de puntualidad relativa, disminuida por exceso, en el que comprendí que el campo de la impuntualidad no está solo en lo después de lo puntual, zona de lo tardío, sino en lo prematuro, zona del "estar verde" todavía. Sin embargo, quizá, con mi ir el día antes, conseguí un resultado perverso de despojo de la puntualidad ajena, pues hice al momento inasistentes a todos..." Macedonio Fernández (frag)

Almost Magenta



Colaboración de Flavia asumiendo su identidad familiar. Somos cuatro los Vales , como los colores; veremos como se reparten los restantes.
C/ .....
M/ Flavia
Y/ .....
K/ .....

Matamucho... (nueva sección vales® denuncia?)


Imagen capturada por el amigo Lorenzo(*), amigo mio y amigo del Tio Macedonio.
(*)Fanático deambulador "post titulum" de pasillos universitarios; proveedor de heladeras, transportista de bases misilísticas, tablas de surf, perros labradores, máquinas amoladoras, acrílicos espejados con tendencia al vuelo, carpas chinas autoacampantes y de buenas ideas que naufragan (a veces) en Warsteiner.

TIO ABUELO

Confesiones de un recién llegado al mundo literario / Macedonio Fernandez ("Proa", 1922)
(Esforzados estudios y brillantes primeras equivocaciones)


Tengo que asentar las siguientes observaciones y otras no menos siguientes que me comprometo a que se me ocurran.

Con motivo de la carestía de los cigarrillos, éstos se han puesto más baratos, y para que parezcan menos cortos, los hacen más largos. Para una persona que por primera vez es un recién llegado, esto le confunde de tal manera que le entra el sentimiento de que lo están viendo por la calle desnudo saliendo de una sastrería.

No es menos cierto que existen insomnios que afectan al mismo tiempo la facultad de dormir y la de estar despierto; y, lo digo con toda la seriedad del hombre durmiendo, para elegir entre dos coqueterías, óptese por la peculiaridad de ser un gran dormilón, porque es factible aparentar dormir -aunque fatigoso-, y no es fácil aparentar estar despierto. Aquí se sabe (por los diarios, como todo) que una persona que ha sido despertada durante un simple cuarto de hora, por la caída del techo sobre su cama, o por el paso sigiloso de un gato por la pared que debería tener el terreno de enfrente, y continúa durmiendo de seguida hasta que la desayune alguna sirvienta, no dejará de proclamar por todo el día siguiente, el infalible día que cuelga de cada noche por su extremo Este; "No he pegado los ojos esta noche". Obsérvese lo que es la obra de insomnio: quita el sueño en torno nuestro y a veces al mismo paciente.

Cuando un día anterior es precedido de un siguiente, contando desde adelante, ocurre una separación entre los dos practicada mediante una noche, intervalo de faroles, tropezones y comisarías, que muchas perso­nas ocupan en preparar un conversación sobre insomnio, para las perso­nas de su familia; hay quienes hasta durmiendo piensan en los suyos.

Recién llegado por definición es: aquella diferente persona notada en seguida por todos, que llegado recién a un país de la clase de los diferentes, tiene el aire digno de un hombre que no sabe si se ha puesto los pantalones al revés, o el sombrero derecho en la cabeza izquierda, y no se decide a cerciorarse del desperfecto en público, sino que se concentra en una meditación sobre eclipses, ceguera de los transeúntes, huelga de los repartidores de luz, invisibilidad de los átomos y del dinero de papá, y así logra no ser visto.

Tomen1asiento

Versión inestable en OSB de la "cadeira minimalista" de Eduardo Baroni.

Horario

Montóndeluz




Masluces



En todo fondo, siempre y cuando estuviere encubierto y enrelleno de pasto, tierra y demás hacia abajo, se clava cual lanza y se enchufa cual se enchufan las cosas que se enchufan. El módulo ducha, a la vera del natatorio. El módulo antorcha senza citronela, en donde quiera que guste usted.
Gracias.